Pero vamos al grano, de qué trata la serie... Pues bien todo comienza con la desaparición de un padre multimillonario y su hijo (Stephen Amell) en circunstancias extrañas. Al cabo de los años vemos como rescatan al niño rico, Oliver Queen, que ahora es un hombre, y vaya hombre, que parece cambiado a ojos de su familia, más adulto, fuerte, responsable... y con un secreto.
De pronto sin saber porqué le atacan y nosotros ya nos vemos enganchados a la serie. La trama va mejorando poco a poco y vemos que el personaje es más complejo de lo que parece a priori. Por supuesto a nosotros (incluyo a mi novio) nos enganchó de primeras el actor. Para qué mentir, está tremendo, pero cuando acaba la serie y ves que hay un secreo, que la familia guarda más de un as en la manga y que los objetivos del protagonista no quedan claros ya te enganchas.
Escribiendo desde la total ignorancia del cómic, el serie se antoja una especia de Batman de Christopher Nolan hecha serie. Un niño rico, un secreto, ataques y artes marciales imposibles, fiestas pijas, claros y oscuros en el personaje... supongo que ya sabréis de qué estoy hablando. Hace que todo sea creíble, dentro de unosmárgenes, y el buen trabajo de guión, ambientación y efectos hace que nos enganchemos sin remedio.
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