Apple fue la primera compañía en crear un ordenador capaz de mover gráficos en color, dentro de un escritorio virtual. Así nació lo que hoy en día conocemos como ordenadores. Gracias a estas llamativas formas de usar un ordenador pronto se trasladaron juegos al Apple II, un ordenador creado por Stephen Wozniak, con un espíritu de hardware abierto. Esto ayudó a crear juegos "fácilmente" para el Apple II, aunque Wozniak tubo que crear un lenguaje de programación para ello, que bautizó como Game Basic.
Obviamente, Apple II no se convirtió en consola, pero sí allanó el camino para que los PCs fueran también un centro de entretenimiento.
Clive Sinclair fue un hombre inquieto y con una curiosidad intensa en los productos electrónicos. Una de sus obsesiones era el precio de los aparatos, algo que se vería reflejado en el futuro. Gracias a haber sido director de una revista juntó suficiente dinero para crear una pequeña empresa en 1961 de ordenadores a modo de DIY (hazlo por tí mismo).
Con un nombre hecho en el mundo de la electrónica e informática, vio como en 1979 (recordemos que en ésta época Atari se comía el mundo con su VCS 2600) nacía Commodore PET, una consola que se vendía como un electrodoméstico más, gracias al impulso y la moda de las consolas domésticas creada por Atari. Pero Clive Sinclair le parecían caras estas máquinas por lo que lanzó ZX80 a mitad de precio que la competencia en 1980, cerca de la caída de las consolas. Estaba destinada a un público joven con ganas de programar de manera sencilla gracias a Basic. La consola fue todo un éxito. Parte del éxito de debió a su bajo coste, que era compatible con cualquier televisor para usar como monitor y la guinda del pastel, usaba una radio cualquiera para reproducir y grabar juegos. Este detalle fue muy importante pues algunas radios emitían juegos para grabar y así tener una copia de lo que fuera. De este modo nació la piratería tal y como la conocemos.
El ordenador fue todo un éxito en Europa, vendiendo más de 20.000 unidades. Tenía un pequeño manual de instrucciones donde venían ejemplos de programación, y códigos completos de juegos. Así chicos y chicas de todos los hogares podían jugar a su propia versión de cualquier juego. Por supuesto la competencia quería el mercado para sí, a si que Sinclair lanzó un cartucho que aumentaba la memoria del ordenador a 16K. Lamentablemente no tubo éxito debido a que fallaba demasiado. Al año lanzaron una nueva consola ZX81. Apenas cambió, ni mejoró lo que había, pero si daría pie a una nueva consola que se convertiría en al favorita de Europa, la Spectrum (1982).
Mientras que en E.E.U.U. las reinas eran Apple II y Atari, donde compañías como Sierra o Broderbund creaban juegos para ella, en Europa comenzaron a nacer clásicos atemporales de la mano de gente joven. Matthew Smith, total desconocedor de la obre de Miyamoto, Donkey Kong, creó un plataformas titulado Manic Miner. Fue todo un éxito y animó a mucha gente a crear sus propios juegos para la consola de Sinclair.
Dos empresas inglesas se hicieron con todo el mercado de la Spectrum, Ocean y Ultimate. Lanzaron juegos como Match Day y Daley Thompson's Decathlon.
Ocean se especializó en juegos basados en películas y Ultimate en juegos deportivos. Ésta última tendría un destino muy interesante, pues creó el género de la aventura, con el glorioso Sabre Wulf... ¿Os suena? El juego nos metía en la piel de un explorador que tenía que combatir con bichos en la jungla, teniendo como única arma un palo y mucha inteligencia. Este no fue su único éxito, después vino Jetpack... ¿A que este también os suena? Era un juego muy básico de naves, y con este juego Ultimate se hizo un gran hueco en la historia de los videojuegos, conviertiéndose más tarde en Rare, la gran Rare que ofreció grandes juegos tras la compra por parte de Nintendo.
Obviamente, Apple II no se convirtió en consola, pero sí allanó el camino para que los PCs fueran también un centro de entretenimiento.
Clive Sinclair fue un hombre inquieto y con una curiosidad intensa en los productos electrónicos. Una de sus obsesiones era el precio de los aparatos, algo que se vería reflejado en el futuro. Gracias a haber sido director de una revista juntó suficiente dinero para crear una pequeña empresa en 1961 de ordenadores a modo de DIY (hazlo por tí mismo).
Con un nombre hecho en el mundo de la electrónica e informática, vio como en 1979 (recordemos que en ésta época Atari se comía el mundo con su VCS 2600) nacía Commodore PET, una consola que se vendía como un electrodoméstico más, gracias al impulso y la moda de las consolas domésticas creada por Atari. Pero Clive Sinclair le parecían caras estas máquinas por lo que lanzó ZX80 a mitad de precio que la competencia en 1980, cerca de la caída de las consolas. Estaba destinada a un público joven con ganas de programar de manera sencilla gracias a Basic. La consola fue todo un éxito. Parte del éxito de debió a su bajo coste, que era compatible con cualquier televisor para usar como monitor y la guinda del pastel, usaba una radio cualquiera para reproducir y grabar juegos. Este detalle fue muy importante pues algunas radios emitían juegos para grabar y así tener una copia de lo que fuera. De este modo nació la piratería tal y como la conocemos.
El ordenador fue todo un éxito en Europa, vendiendo más de 20.000 unidades. Tenía un pequeño manual de instrucciones donde venían ejemplos de programación, y códigos completos de juegos. Así chicos y chicas de todos los hogares podían jugar a su propia versión de cualquier juego. Por supuesto la competencia quería el mercado para sí, a si que Sinclair lanzó un cartucho que aumentaba la memoria del ordenador a 16K. Lamentablemente no tubo éxito debido a que fallaba demasiado. Al año lanzaron una nueva consola ZX81. Apenas cambió, ni mejoró lo que había, pero si daría pie a una nueva consola que se convertiría en al favorita de Europa, la Spectrum (1982).
Mientras que en E.E.U.U. las reinas eran Apple II y Atari, donde compañías como Sierra o Broderbund creaban juegos para ella, en Europa comenzaron a nacer clásicos atemporales de la mano de gente joven. Matthew Smith, total desconocedor de la obre de Miyamoto, Donkey Kong, creó un plataformas titulado Manic Miner. Fue todo un éxito y animó a mucha gente a crear sus propios juegos para la consola de Sinclair.
Daley Thompson's Decathlon y Match Day |
El clásico Sabre Wulf de Rare |
En España gracias a los hermanos Ruiz que crearon la desarrolladora Dinamic en 1982. Crearon juegos como Game Over, Moves y Video Olympic. Muchos de estos títulos llegaron a primeros puestos por toda europa y sobre todo en inglaterra. Ópera era otra empresa española que invertía en originalidad, no en sacar muchos productos mediocres. Uno de esos títulos fue La abadía del crimen. Un juego de diseño isométrico que daba la sensación de 3D y tenía gráficos más detallados. Este sería el más puntero en la Spectrum, tanto que se han hecho remakes sin parar y sigue siendo un juego de culto.
Mientras Sinclair se aburría, pro así decirlo. Acepto que Amstrad, compañía de la competencia, comprara el sector de había creado y así tener más tiempo para sus proyecto, que irónicamente no llegaron a buen puerto.
Siendo ahora Spectrum de Amstrad su forma de venderse cambió de manera dramática. Con Amstrad CPC como consola más potente y la ZX, algo así como el hermano pequeño, su catálogo de títulos fue menguando. Por desgracia el ansia de dinero de la compañía hizo que lanzarán muchas revisiones de la consola Amstrad. Al tener un producto tan desgranado las ventas se dividieron tanto que los productos acababan olvidándose. Al final la compañía británica abandono el negocio de las consolas para centrarse en el de los PCs.
Con la caída de Amstrad y Spectrum nacieron nuevas oportunidades, entre ellas MSX. MSX no era una consola al uso, más bien ordenadores clónicos de debían seguir estándares para usar el software de Microsoft, que pro aquel entonces tenía una lucha encarnizada con Apple debido al "robo" de su interfaz gráfica. Como curiosidad, saber que Konami creó el primer Metal Gear para esta máquina.
Con el mercado libre de Spectrum y Amstrad todos los desarrolladores de PC pasaron a los videojuegos. Entre ellos se encontraba Jack Tramiel, un superviviente de Auschwitz. Creó una empresa llamada Commodore con la intención de reparar máquinas de escribir. Al ver el filón de los videojuegos comenzó a comprar compañías dedicadas a la electrónica e informática. Estas compras se efectuaban de manera poco honesta. Commodore hacía pedidos enormes a empresas pequeñas. Estas para satisfacer a la compañía debía endeudarse. Tras lograr los chip que necesitaban en Commodore no les pagaban o les deban largas. Al final cuando la pequeña empresa no podía con las deudas Commodore se ofrecía a "comprarlas". Commodore creció sin esfuerzo. Al final en 1982 nació Commodore 64. Tan potente como el Apple II pero a mitad de precio. En E.E.U.U. las ventas fueron estratosféricas. En Europa, la Spectrum era la reina del cotarro, pero ha sabiendas de eso Commodore 64 metió el morro para coger un trozo del pastel, que creció a medida de Spectrum caía a causa de la mala gestión de Amstrad. Además obtuvo apoyo de Sierra, Broderbund y Electronic Arts, desarrolladoras de videojuegos que sabían muy bien lo que hacían.
Siendo los reyes del PC en Estados Unidos y haciéndose un gran hueco en Europa, el siguiente pasó ya comenzó a gestarse, un paso que daría como resultado Amiga, el primer ordenador personal ideado para jugar.
Capítulos posteriores: Capítulo VI, Capítulo VII
Capítulos anteriores: Capítulo I, Capítulo II, Capítulo III, Capítulo IV
Mientras Sinclair se aburría, pro así decirlo. Acepto que Amstrad, compañía de la competencia, comprara el sector de había creado y así tener más tiempo para sus proyecto, que irónicamente no llegaron a buen puerto.
Siendo ahora Spectrum de Amstrad su forma de venderse cambió de manera dramática. Con Amstrad CPC como consola más potente y la ZX, algo así como el hermano pequeño, su catálogo de títulos fue menguando. Por desgracia el ansia de dinero de la compañía hizo que lanzarán muchas revisiones de la consola Amstrad. Al tener un producto tan desgranado las ventas se dividieron tanto que los productos acababan olvidándose. Al final la compañía británica abandono el negocio de las consolas para centrarse en el de los PCs.
Con la caída de Amstrad y Spectrum nacieron nuevas oportunidades, entre ellas MSX. MSX no era una consola al uso, más bien ordenadores clónicos de debían seguir estándares para usar el software de Microsoft, que pro aquel entonces tenía una lucha encarnizada con Apple debido al "robo" de su interfaz gráfica. Como curiosidad, saber que Konami creó el primer Metal Gear para esta máquina.
Con el mercado libre de Spectrum y Amstrad todos los desarrolladores de PC pasaron a los videojuegos. Entre ellos se encontraba Jack Tramiel, un superviviente de Auschwitz. Creó una empresa llamada Commodore con la intención de reparar máquinas de escribir. Al ver el filón de los videojuegos comenzó a comprar compañías dedicadas a la electrónica e informática. Estas compras se efectuaban de manera poco honesta. Commodore hacía pedidos enormes a empresas pequeñas. Estas para satisfacer a la compañía debía endeudarse. Tras lograr los chip que necesitaban en Commodore no les pagaban o les deban largas. Al final cuando la pequeña empresa no podía con las deudas Commodore se ofrecía a "comprarlas". Commodore creció sin esfuerzo. Al final en 1982 nació Commodore 64. Tan potente como el Apple II pero a mitad de precio. En E.E.U.U. las ventas fueron estratosféricas. En Europa, la Spectrum era la reina del cotarro, pero ha sabiendas de eso Commodore 64 metió el morro para coger un trozo del pastel, que creció a medida de Spectrum caía a causa de la mala gestión de Amstrad. Además obtuvo apoyo de Sierra, Broderbund y Electronic Arts, desarrolladoras de videojuegos que sabían muy bien lo que hacían.
Siendo los reyes del PC en Estados Unidos y haciéndose un gran hueco en Europa, el siguiente pasó ya comenzó a gestarse, un paso que daría como resultado Amiga, el primer ordenador personal ideado para jugar.
Capítulos posteriores: Capítulo VI, Capítulo VII
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